Zapatoca,
noviembre 28 de 2017- La Asociación de Conservacionistas y Emprendedores
Agroindustriales de la Microcuenca El Ramo, recibió el respaldo del programa, Sena
Emprende Rural, para la capacitación de familias productoras agropecuarias.
La
comunidad de ese sector del municipio de
Zapatoca se organizó con la ayuda del
Sena, para crear ASCEAMIR.
A una
hora en carro, desde la cabecera urbana del municipio de Zapatoca, pasando por
veredas como la Cacica, Santa Rita y Palo Blanco, está El Ramo, una vereda que
hace parte de un corredor ecológico en donde descansan aves nativas y
migratorias en medio de frondosos bosques.
Allí está
uno de los tantos lugares a donde llega el SENA para ofrecer capacitación
técnica a las familias campesinas que buscan progreso y bienestar sin salir del
campo, familias como las de 15 aprendices del Programa SENA Emprende Rural que
hoy conforman esa Asociación de Conservacionistas y Emprendedores
Agroindustriales de la Microcuenca El Ramo.
En lo que
ha transcurrido del 2017, el SENA mediante el programa SER, ha capacitado
11.917 aprendices en zonas vulnerables y alejadas del campo en Santander,
quienes han recibido capacitación especialmente en manejo de cultivos perennes,
producción de especies menores, emprendedor en piscicultura y emprendedor en
cultivos transitorios.
Milton
León León, aprendiz Programa SENA Emprende Rural, asociado de ASCEAMIR, expresó
sobre estos desarrollos: “Con el apoyo
del SENA creamos ASCEAMIR, una asociación que se dedica a la producción de café
orgánico y galletas artesanales, mediante un proceso en el que se implementan
buenas prácticas agrícolas conservando la flora y fauna endémica de nuestra
región, a fin de mantener la franja ecológica en la que vivimos” expresó.
Resultado
de las diferentes capacitaciones que recibieron estos aprendices, entre ellas:
Producción, Transformación y Comercialización de Café y Fortalecimiento
Empresarial, fue posible la consolidación de una Unidad Productiva que inició
con 20 mil plántulas de café, y se constituyó como Asociación en mayo del 2016.
A la
fecha los cultivos de ASCEAMIR cuentan más de 56 mil cafetales en donde cada
grano de café orgánico es recolectado manualmente, a través de una dispendiosa
labor de concentración y cuidado para conservar el fruto intacto en cada
cosecha que se da dos veces al año.
El Café
ASCEAMIR es orgánico porque desde su proceso de cultivo hasta su etapa final
para obtener el café de taza, implementa abonos y recursos naturales, libre de
químicos.
Posterior
a la cosecha, los frutos obtenidos inician el proceso de beneficio húmedo en el
que se remueven las capas que cubren las semillas y que representan cerca del
60% del peso de recolección. La pulpa que hace parte de la capa exterior del
fruto, es retirada empleando buenas prácticas agrícolas, y la capa interior es
removida utilizando procesos de degradación por fermentación natural, las
cuales necesitan de 18 horas aproximadamente para su ejecución.
Una vez
el grano está descubierto y limpio, se transporta a las marquesinas donde el
fruto es secado de manera natural por el sol. Esa técnica requiere de un
riguroso manejo por parte del trabajador que desempeña dicha labor, teniendo en
cuenta que debe mantener los granos de café en constante movimiento hasta
alcanzar un grado uniforme y un secado óptimo.
Por otra
parte, un fragmento de lo que conforma un bosque en la parte alta de la
Serranía de los Yariguíes, es el que da sombra a las plantaciones, donde los
productores de ASCEAMIR, cuidan la diversidad de árboles nativos, como robles,
cedros, sauces y arrayanes en los que reposan más de 30 especies de colibríes,
aves endémicas y migratorias y salamandras. Recientemente cerca a esos
terrenos, fue identificada una nueva
especie de anfibio único en el mundo, llamado Bolitoglossa Yari, la cual hoy
hace parte de las 367 especies de anfibios endémicos de Colombia.
En los
cultivos de ASCEAMIR las aves y las abejas al igual que los colibríes en el
día y los búhos y murciélagos en la
noche, son los encargados de realizar el control biológico al alimentarse de
los gusanos e insectos que se transforman en plagas que afectan los cafetos que
crecen a una altura cercana a los 1.500 mts a nivel del mar, contribuyendo a
que el fruto tenga unas características especiales que atraen al mercado
internacional.
“Estamos
en labores de optimizar cada vez más los distintos procesos que se requieren
para lograr un café no solo orgánico, sino también, tipo exportación, para
conquistar mercados en Londres y otros países” manifestó Lucila Badillo Ortiz,
madre cabeza de familia, aprendiz programa SER y asociada de ASCEAMIR.
Como
subproducto derivado del café, la Asociación elabora de forma artesanal, galletas
de café, también orgánicas, que distribuyen en puntos de venta en Zapatoca y
Betulia, donde han tenido aceptación por ser un producto de agradable de sabor
y saludable.
Es así
como el SENA llega a los diferentes rincones del campo en Santander y Colombia,
para aportar formación, emprendimiento y empleo a uno de los sectores con mayor
potencial para el desarrollo económico y social del país: el agro. Fuente: Comunicaciones SENA, regional
Santander. Ajuste de texto y
diagramación:
Bersoahoy.co